Gestión de conflictos generados por olores molestos.

Los denominados “episodios de olor” y las problemáticas o “molestias” que se derivan de este complejo fenómeno son cada vez más frecuentes y recurrentes en nuestro entorno. Con cierta cotidianeidad podemos encontrar en los medios de información la localización de conflictos generados por molestias de olor con un mismo patrón de relaciones; una actividad emisora (pública o privada) que genera emisiones atmosféricas susceptibles de causar molestias a su entorno, habitado o concurrido, más cercano.

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Algunos expertos estiman que los conflictos generados por episodios de olor en España en la última década han llegado afectar hasta un 25% de la población activa. En Cataluña, según la oficina del Síndic de Greuges, el 30% de las quejas que se reciben desde la administración ambiental de la Generalitat de Cataluña son vinculadas a problemáticas derivadas de episodios de olor (1). En Europa, algunos expertos estiman que los olores molestos son la segunda razón de las quejas de los ciudadanos de la Comunidad Europea después del ruido.

Actualmente, tanto las administraciones públicas como las empresas son conscientes de que, si una actividad genera emisiones de sustancias organolépticas con cierta recurrencia, se pueden producir conflictos localizados y recurrentes con una población cada vez más sensibilizada con la calidad ambiental de su entorno vital. Este tipo conflictos también condicionan la actividad productiva/operativa y la percepción social de ciertas actividades esenciales para el funcionamiento nuestra sociedad (tratamiento de aguas, producción ganadera, procesamiento de alimentos, generación de energía, etc…)

La gestión de conflictos relacionados con episodios de olores molestos es compleja y precisa de una combinación de elementos clave de diversa naturaleza (conocimiento científico, tecnología, participación colectiva, educación y concienciación, etc…) para poder configurar instrumentos de resolución adecuados a cada caso.

Hoy en día, existen experiencias con el uso de sistemas de información que permiten de una forma inteligente (“Smart solutions”) recolectar, localizar y procesar múltiples fuentes de información (meteorología, sensores, notificaciones, etc…) en un único entorno analítico. Este tipo de herramientas permite realizar un análisis multidisciplinar favoreciendo una mejor comprensión de un determinado episodio de olor, paso esencial hacia la resolución de conflictos vinculados a este fenómeno.

La posibilidad que ofrecen estas herramientas de incluir la participación ciudadana en procesos de monitorización, evaluación y gestión de episodios de olor abre un interesante camino hacia una gestión abierta y transparente en la resolución de conflictos implicando a todas las partes afectadas.

METEOSIM colabora con la empresa OLFASENSE en el desarrollo de herramientas de modelización y análisis de impactos atmosféricos en el sistema de gestión avanzado ORTELIUM.